Los mosquitos usan su sentido del olfato para detectar dióxido de carbono de la respiración humana y el ácido láctico que se segrega con el sudor. En la oscuridad, acuden a fuentes de calor y pueden notar diferencias de hasta medio grado de temperatura cuando están cerca de sus víctimas.
Recientes investigaciones aclaran que, frente a lo que pensamos, no es que existan individuos más apetecibles que otros, sino que algunos de nosotros poseemos un olor natural de “camuflaje” que nos protege de que nos piquen. Son las hembras las que nos pican en busca de las proteínas de nuestra sangre para producir los huevos (los machos prefieren las flores). Pero su sangre preferida es la de los pájaros y los mamíferos pequeños.
Enviado por Violeta Jaén Ameneiro, correo electrónico
Redacción QUO
Revelado el rostro de una hembra neandertal de 75.000 años de la cueva donde la…
Los científicos descubren rasgos cancerígenos en la aterosclerosis, lo que abre la puerta a nuevos…
Consumir cannabis puede provocar cambios en el epigenoma del cuerpo humano, según sugiere un estudio…
Las pruebas sugieren que los grandes felinos extintos con dientes de sable conservaban a sus…
La falta de datos de la industria química en la UE impide a menudo evaluar…
El cambio climático podría convertirse en el principal causante del declive de la biodiversidad a…