Los científicos estaban equivocados (y el cambio climático parece que no es otra «fake news», como sostiene Donald Trump): Groenlandia se deshiela a una velocidad mayor de la que se pensaba, hasta 4 veces más rápido de lo esperado desde 2003. Un científico de la universidad estatal de Ohio, Michael Bevis, es el autor de esta afirmación y lo asegura en un estudio tras observar esos cambios en diez años de investigación, hasta 2013. Los cachos de hielo que se desgajan de esta enorme isla congelada son cada vez mayores y, algo incluso peor, ya no solo se deshielan las zonas habituales del casquete glaciar (noroeste y sudeste de Groenlandia), sino que esa pérdida se está ampliando hacia el área suroeste (que nunca había dado problemas), lo que confirma esta teoría del aumento de la velocidad.

El hecho de que esta parte de la isla se este también sumando al deshielo hace temer por una subida considerable del nivel del mar en las próximas décadas. Pero el problema es que hasta ahora, nadie había pensado en esta área de la isla como una «fuente extra» de agua para los océanos: «Sabíamos que teníamos un gran problema con el incremento del ritmo de descarga de hielo hacia el mar, pero existe un segundo conflicto todavía más serio. Y es que estas grandes masas de hielo se transformarán en agua que fluye hacia el mar. Veremos que esto ocurre cada vez más rápido y ahora es muy tarde para que neguemos que esto tendrá consecuencias. Ahora la pregunta es, ¿cómo de malo será ese futuro?», apunta Bevis.

Sea Ice

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Para que os hagáis una idea de la pérdida solo hay que tomar como referencia el área consumida entre 2003 y 2013. Cuando comenzaron el estudio, ese mismo año se perdieron 111 km3 de hielo, mientras que una década después la cifra había aumentado a una media de 428 km3 al año. Esta pérdida de hielo ha supuesto un incremento del nivel del mar 0,75 mm al año. Es decir, en los últimos 15 años ya ha crecido al menos 1,25 cm. Este estudio ha sido publicado en la Academia estadounidense de Ciencias, conocida por PNAS, y se tomaron como referencia imágenes obtenidas dentro del proyecto llevado por la NASA en el conocido como GRACE (Gravity Recovery And Climate Experiment), Experimento de Recuperación Gravitacional y de Clima.

Así que la conclusión es clara, ahora que ya no hay marcha atrás… ¿cómo vamos a afrontar las consecuencias que están por venir? ¿Existen formas de pausar o ralentizar esos cambios?

Fuente: The Guardian

Alberto Pascual García