Resulta complejo para los expertos conocer al detalle el comportamiento de las nubes. Son pequeñas, cambiantes y, en muchos casos, impredecibles. Pero lo que es innegable es su papel esencial como protectoras de la atmósfera terrestre.
Sin embargo, las continuas emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera que generamos ponen en peligro su existencia, sobre todo la de un tipo concreto (y bastante común): las nubes de estratocúmulos (o estratos marinos). Esta es la principal conclusión de un reciente articulo publicado en la revista Nature Geoscience.
¿Qué son los estratocúmulos?
Se trata de un género de nubes que se caracterizan por ser grandes masas oscuras, redondeadas, y que se forman generalmente en grupos, líneas o en ondas. Por lo general, se encuentran por debajo de 2400 metros (8.000 pies) y no provocan precipitaciones. Si lo hacen, estas suelen ser débiles. Sin embargo, este tipo de nubes sí suelen avisarnos de que una tormenta o un frente tormentoso está cerca.
Este tipo de nubes de estratos marinos cubre aproximadamente el 20% de los océanos subtropicales.
¿Qué ocurrirá si desaparecen?
Ahora, los expertos temen las emisiones cada vez mayores de CO2 en la atmósfera puedan hacerlas desaparecer, lo que agravaría aún más el calentamiento global. Se sospecha que ciertos cambios repentinos en las temperaturas que se han dado en el pasado puedan estar relacionados precisamente con esto, con cambios producidos en este tipo de nubes.
Según el nuevo estudio, si estas nubes desaparecieran (que podría ocurrir a concentraciones de CO2 por encima de 1.200 partes por millón (ppm)) las temperaturas de la superficie terrestre podrían elevarse uno 8 grados Celsius a nivel mundial.
Hay que recordar que la concentración actual de CO2 en la atmósfera es de alrededor de 410 ppm, pero sigue en aumento. Los expertos creen que (a este ritmo) el CO2 del planeta podría llegar a alcanzar los 1.200 ppm el próximo siglo.
Belén Robles González