De los ocho millones de especies que habitan en el planeta, uno está en peligro de extinción por culpa de la devastación humana. Lo advierten 145 científicos de 50 países diferentes en el informe que ha presentado la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad (IPBES). Es el análisis más completo que se ha hecho sobre la pérdida global de la naturaleza.

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En constante crecimiento y con un consumo imparable, la población humana está impidiendo la sostenibilidad de muchas especies de animales y plantas. Su hábitat va menguando y los recursos naturales son explotados de forma incontrolada. Esto, junto a la contaminación y el impacto del cambio climático, han llevado a un estado alarmante a más del 40% de los anfibios, el 33% de los arrecifes de coral y más de un tercio de los mamíferos marinos, que podrían desaparecer en las próximas décadas.

“La salud de los ecosistemas de los que dependemos nosotros y todas las demás especies se está deteriorando más rápidamente que nunca”, advierte Robert Watson, presidente de IPBES. Según este comité, se necesita un cambio transformador para salvar el planeta. «La naturaleza está disminuyendo a nivel mundial a una tasa sin precedentes en la historia de la humanidad, y el peligro de extinción de las especies es cada vez más acelerado, causando graves daños a las poblaciones humanas en todo el mundo», escriben los autores.

Ya hace seis meses, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) anunció que el mundo tiene menos de 12 años para evitar niveles catastróficos de calentamiento global. De la misma manera que el estudio del IPCC puso la crisis climática en la agenda política, los autores del informe de IPBES esperan que la pérdida de la naturaleza ocupe también la atención mundial y la alarma sirva como referencia histórica a los líderes, investigadores y el resto de los seres humanos.

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El panorama que describe el informe, con hechos y cifras, no puede ser más sombrío. «Estamos erosionando los cimientos de nuestras economías, medios de vida, seguridad alimentaria, salud y calidad de vida en todo el mundo», insiste Watson. Desde 1900, la diversidad de especies locales en grandes hábitats ha disminuido en al menos un 20%. Desde el siglo XVI, ya no existen 680 especies de vertebrados. Tres cuartas partes de los entornos terrestres y dos tercios de los que se encuentran en el mar están gravemente alterados por la acción humana.

Las políticas actuales no sirven

La explotación de peces alcanza niveles extremos. El 60% se pesca en el umbral crítico de sostenibilidad y el 33% se somete a prácticas insostenibles. “Los ecosistemas, las especies, las poblaciones silvestres, las variedades locales y las razas de plantas y animales domesticados se están reduciendo, deteriorando o desapareciendo. La red esencial e interconectada de la vida en la Tierra se está haciendo cada vez más pequeña«.

El informe señala que, desde 1980, las emisiones de gases de efecto invernadero se han duplicado, elevando las temperaturas globales promedio en al menos 0.7 grados centígrados. El cambio climático ya está afectando a la naturaleza desde el nivel de los ecosistemas hasta el de la genética. A pesar del progreso para conservar la naturaleza e implementar políticas, los expertos consideran que los objetivos globales no pueden alcanzarse con las trayectorias actuales y los objetivos para 2030, y más allá, solo pueden lograrse con profundos cambios económicos, sociales, tecnológicos y políticos.

Marian Benito