La competencia espermática en las diferentes especies es asombrosa. Un pájaro, por ejemplo, necesita eyacular más de 8.000 espermatozoides para conseguir la fertilización. La abeja reina recibe unos seis millones de cada individuo con el que se aparea. Pongamos que sean 17. El saldo rondaría los 102 millones y, sin embargo, sólo se quedaría con poco más de cinco para fecundar sus huevos. Y si hablamos de humanos, antes de llegar a las trompas de Falopio ya se quedan en el camino alrededor del 90% de los espermatozoides.
Detengámonos en los machos de las polillas y las mariposas. Los machos son más pequeños, pero muy activos. Cuando detectan feromonas con sus antenas, se dirigen aleteando hacia la hembra. Su producción de dos tipos de esperma, uno fértil y otro no, ha llamado la atención de un grupo de científicos del Instituto Nacional de Biología Básica de Japón y se ha centrado en la mariposa de seda (Bombyx mori) para identificar el gen involucrado en la formación del esperma no fértil. “Es posible que este pueda desempeñar también un papel importante en la fertilización”, explica Hiroki Sakai, coautor de este trabajo, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). Hasta ahora, no se habían detectado los genes implicados en la formación de este esperma en ninguna especie, a pesar de numerosas observaciones morfológicas y estudios ecológicos.
Los resultados muestran que Sex-letal (Sxl), el gen que determina el sexo y que ha sido ampliamente estudiado en la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster), es esencial para la formación de esperma no fértil en la mariposa de seda, puesto que permit la migración del esperma fertilizante en las hembras. “El gen Sxl desempeña un papel importante en la determinación del sexo femenino en la mosca de la fruta. Nos sorprende que también participe en la formación de espermatozoides no nucleados”, señala Sakai.
Los investigadores inhibieron la función del gen Sxl de una mariposa gracias a la tecnología de edición del genoma. Consecuentemente, el insecto no pudo formar espermatozoides precisos, aunque su esperma fértil fue normal. Así los científicos mostraron que la mariposa necesita el gen Sxl para la formación de esperma no fertilizante. De hecho, el experimento reveló que los machos cuyo gen no funciona no pueden reproducirse y tener descendencia. Este hecho sorprendió a los autores ya que el esperma que no se genera es el no fertilizante. Sus conclusiones podrían tener un impacto importante en la investigación sobre el esperma en otros animales.
Marian Benito