Todos sabemos que el calor de dos amantes salta a la vista, pero en el caso de los aligátores americanos hace ‘hervir’ hasta el agua. Literalmente. Estos saurópsidos se aparean en primavera, momento en el que la hembra está en celo. Para que acudan a su llamada, los machos emiten un rugido de baja frecuencia que llena de burbujas el agua que hay entorno a él.

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Los aligátores disponen en la actualidad de dos especies vivas: el americano y el chino. Tras aparearse en primavera, la hembra entierra de 20 a 50 huevos procurando que unos reciban más calor que otros, pues esto es lo que define el sexo de las futuras crías. Tras 65 días los pequeños rompen el cascarón y son dirigidos por su madre hasta el agua, donde comienzan a vivir en solitario alimentándose de insectos. Su madurez sexual llega a los ocho años y suelen vivir hasta los 30.

Fuente: throb.gizmodo.com

Redacción QUO