Quién nos iba a decir que el mamífero terrestre más grande y pesado del mundo iba a ser uno de los mejores artificieros de los que disponemos. Por ello, el ejército de Estados Unidos, según informaba Asssociated Press el pasado mes de marzo, está entrenando elefantes africanos con el fin de detectar explosivos. Esto se debe a, que como bien informaba The Economist, los elefantes han demostrado ser muy hábiles identificando material explosivo «en medio de otros olores como cloro, gasolina, jabón o té».

Usar animales con el fin de detectar peligros invisibles se conoce como biodetección, una habilidad en la que los elefantes han demostrado ser particularmente buenos. Angola es uno de los países con más minas antipersona del mundo y donde se ha observado a los elefantes pasar por zonas peligrosas en varias ocasiones de forma segura.

La guerra civil de Angola se alargó de forma intermitente durante 27 años (1975-2002) y fue uno de los conflictos más sangrientos que han tenido lugar en suelo africano. Los investigadores de la Universidad de Massachusetts en Amherst estimaron que más de 800.000 personas perdieron la vida durante esos 27 años, aunque los seres humanos no fueron las únicas víctimas. El conflicto diezmó de forma considerable la comunidad de elefantes, a consecuencia de un país hambriento y la caza furtiva enfocada al negocio del marfil. Cuando el conflicto acabó en 2002 quedaban muy pocos elefantes. Algunos se marcharon por decisión propia a Botswana y otros fueron trasladados en helicóptero con el fin de conservar la especie.

Un gran número de elefantes perdieron la vida a consecuencia de las minas en los años posteriores a la guerra. Pero, desde entonces, los elefantes de Botswana parecen haber aprendido a olfatear el peligro. Este dato lo demuestra que a pesar de estar ubicados en una de las zonas con más minas terrestres, la población de elefantes ha crecido considerablemente. Como aseguraba el biólogo Michael Chase, que estudia el comportamiento de los elefantes al sureste de Angola, «no hemos visto elefantes muertos o heridos a consecuencia de minas terrestres en los tres años que hemos estado trabajando en esta zona».

El hecho no debe pillarnos por sorpresa. Los elefantes africanos disponen de uno de los mejores olfatos del reino animal, ya que disponen de más genes para este sentido que cualquier otro animal. Según un estudio realizado por la Universidad de Tokio, poseen un olfato dos veces mejor que el de un perro doméstico y cinco veces más desarrollado que el de los humanos.

Ahora, una nueva iniciativa de los Estados Unidos quiere usarles como artificieros, un proyecto que nos hace plantearnos la ética de emplear animales en trabajos peligrosos, especialmente en zonas de conflicto. Los investigadores del ejército norteamericano pretenden que esta situación no se alargue mucho, sino, más bien, poder diseñar sensores que estén basados en este maravilloso sentido del olfato del que disponen los elefantes.

Fuentes:

qz.com | telegraph.co.uk | economist.com | usatoday.com | peri.umass.edu |

Redacción QUO