El reciente descubrimiento http://science.sciencemag.org/content/348/6240/1268 del primer factor determinante del sexo masculino en mosquitos unido a las cualidades de edición genética de CRISPRhttp://quo.eldiario.es/salud/la-cura-para-las-enfermedades-geneticas, podría ser utilizado para reducir o anular la presencia de las hembras, que son las que se alimentan de sangre (y por lo tanto son vectores de virus) a favor de los machos, inofensivos para nosotros, pues se alimentan de nectar.

Este es el objetivo de una investigaciónhttp://www.eurekalert.org/jrnls/cell/pages/pdf/TRENDS/239.pdf publicada en Trends in Parasitology.

«Nos encontramos en un punto de inflexión – señala Zach Adelman, entomólogo de la Universidad Virginia Tech y autor del estudio– tanto en nuestra comprensión de cómo los mosquitos determinan si convertirse en macho (una buena opción para nosotros) o una hembra (mala elección para nosotros), así como nuestra capacidad de modificar de modo permanente las poblaciones silvestres utilizando técnicas de transmisión de genes”. Con ello se pretende prevenir la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue, la malaria, la fiebre amarilla o Zika.

Anteriormente se han llevado estrategias similares liberando machos estériles. La técnica ha probado su éxito, sin embargo resulta demasiado costosa y poco práctica, ya que requiere de acciones a largo plazo y son difíciles de aplicar a gran escala. Utilizar la técnica de edición genética CRISPR podría ser una solución prometedora debido a su sencillez, precisión y eficiencia para introducir mutaciones en virtualmente cualquier lugar del genoma en una amplia gama de organismos, incluyendo los mosquitos.
De acuerdo con Zhijian Tu, coautor del estudio, “este descubrimiento prepara el escenario para futuros esfuerzos con el propósito de aprovecharnos de CRISPR para conducir los genes de las poblaciones de mosquitos en la dirección deseada”.

Pese a su efectividad , el uso de esta herramienta genera muchos interrogantes éticos. Por un lado, todavía no está claro cómo se controla la determinación del sexo en los mosquitos, y si los factores específicos forman parte de las diferentes especies que pretendemos alterar. Por otra parte, se desconoce cómo eliminar un gen introducido en un área, si acaso fuera necesario. Al mismo tiempo surgen dudas relacionadas con el bioterrorismo, lo que ha llevado a algunos expertos a pedir la prohibición de discutir los detalles de la edición genética públicamente.

Juan Scaliter