A la pregunta de: ¿qué es mejor, que te muerda un tigre o un tiranosaurio rex?, la respuesta es: un tigre. Tamaña cuestión ha sido reciente materia de estudio del Dr. Stephen Wroe y su equipo de la School of Biological, Earth and Enviromental Sciences de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia). Para comprender la evolución de distintos animales, Wroe y su equipo hacen una novedosa aproximación: la aplicación del análisis por elementos finitos al estudio de estructuras anatómicas. Este método se utiliza en ingeniería para predecir el comportamiento de estructuras fabricadas por el hombre en función de las características de los materiales de construcción, y las fuerzas y tensiones que tendrán que soportar o generar según el uso al que se las someta. O, dicho de otro modo, cómo son capaces de soportar estos esfuerzos: cuánto se deforman, si se rompen, etc. En esencia, lo que se hace es generar por ordenador un modelo tridimensional de la especie que se va a estudiar.

Una vez que se dispone de este, se analiza su comportamiento en función de las condiciones que se definan. Por ejemplo, si las mandíbulas están hechas con hueso o cartílago. Pues bien, el último logro que el doctor Wroe y sus colaboradores han cosechado con este enfoque ha sido analizar la fuerza de mordida del gran tiburón blanco, que han cifrado en 1.800 kg. El equivalente a que te aplaste una masa de 2 toneladas adornada con puntiagudos remaches. Esto demuestra que las mandíbulas cartilaginosas, como las de los tiburones, no son, ni por asomo, menos eficaces que las óseas.

Pero lo más impactante llega ahora. También han podido determinar la fuerza de mordida del legendario megalodón, el monstruoso tiburón prehistórico que pobló los océanos en el Plioceno y el Mioceno. El resultado, 10.800 kg. Lo que convierte al descomunal escualo en el más formidable carnívoro que jamás haya existido. Eso sí, en valor absoluto, ya que el megalodón es solo del montón en lo tocante a la relación fuerza mordida/kg de masa corporal de mordedor. Que en este caso, el number one es el también extinto león marsupial. Bienvenido al ranking con más dientes de la naturaleza.

Redacción QUO