De acuerdo con una nueva investigación, las acumulaciones naturales de dióxido de carbono (CO2) que han sido atrapadas bajo tierra durante unos 100.000 años no han logrado corroer las rocas bajos las que está sepultado. Esto sugiere que el almacenamiento de CO2 en depósitos bajo tierra es mucho más seguro y predecible durante largos períodos de tiempo de lo que se pensaba. Los resultados del estudio, publicados en Nature Communications, demuestran la viabilidad de un proceso llamado de captura y almacenamiento de carbono (CCS por sus siglas en inglés) como una solución para reducir las emisiones de carbono. El CCS implica capturar el dióxido de carbono producido en las centrales eléctricas, comprimiéndolo para luego trasladarlo a un kilómetros bajo tierra.
Las previsiones indican que el CO2 debe permanecer enterrado allí durante al menos 10.000 años para evitar los impactos sobre el clima. Una de las preocupaciones es que el ácido que se forma cuando el CO2 almacenado se disuelve en el agua presente en las rocas, puede corroerlas, permitiendo que escape el CO2.
Los expertos de la Universidad de Cambridge, liderado por Mike Bickle, han analizado una reserva natural de CO2 en Utah, Estados Unidos, en la que se ha acumulado dióxido de carbono liberado de formaciones más profundas y ha quedado atrapado allí por unos 100.000 años, diez veces más de lo necesario para evitar consecuencias en el clima del planeta.
“La captura y almacenamiento de carbono – explica Bickle – es esencial para cumplir con los objetivos de cambio climático. Un obstáculo importante para su aplicación es la incertidumbre sobre el destino a largo plazo del CO2 en este tipo de entornos. Nuestro estudio demuestra que el almacenamiento geológico de carbono puede ser seguro y predecible a lo largo de muchos cientos de miles de años.”
Algunos estudios anteriores sugerían que las rocas podían debilitarse y ser permeables al paso del CO2, poniendo en peligro el uso de la tecnología de CCS. “Sin embargo, estos estudios se realizaron o bien en laboratorios y a escalas de tiempo reducidas o basados en modelos teóricos. Predecir el comportamiento del CO2 almacenado bajo tierra solo se consigue mediante el estudio de las acumulaciones de CO2 naturales, retenidas durante períodos comparables a los necesarias para un almacenamiento eficaz”.Los resultados obtenidos mediante el análisis de las reservas naturales de Utah, muestran que la corrosión solo afectó a una capa de 7 cm de espesor. Esto es considerablemente menos que la cantidad de corrosión predicha en algunos estudios anteriores.
Juan Scaliter