Un equipo de investigadores británicos acaba de publicar un estudio en Nature donde analizan detenidamente el mecanismo aerodinámico que permite volar a los mosquitos.
Estos pequeños insectos se diferencian del resto en sus largas y finas alas, que les permiten moverse a una velocidad increíble: nada menos que 800 veces por segundo. Esta actividad requiere una gran cantidad de energía. Además, cuentan con que sus alas solo tienen un ángulo de amplitud de 40º, lo que viene a ser menos de la mitad que las abejas de la miel. Esto hace pensar que, el que se mantengan en el aire, es casi un milagro.
Pero los milagros no obran aquí, sino la naturaleza, que es aún más sorprendente. Con el fin de averiguar la ‘magia’ de su peculiar mecanismo para volar, los investigadores utilizaron simulaciones informáticas a la vez que grabaron en tiempo real a un grupo de mosquitos con ocho cámaras de alta velocidad.
Los resultados mostraron que estos insectos recurren a tres características aerodinámicas para mantener el vuelo. La primera consiste en generar burbujas de baja presión (llamadas vórtices) en el borde de ataque de las alas. La segunda es similar, pero creando estos vórtices en el borde de fuga de las alas. Y el tercero, en un mecanismo de elevación que se genera por el movimiento de rotación de sus alas.
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Fuente: Agencia SINC
Redacción QUO