Las hembras de delfín están muy lejos de ser unas criaturas meramente pasivas a la hora de aparearse, tal y como se desprende de una investigación realizada por miembros de la Dalhousie University, en Canadá. Los autores del estudio sacaron moldes en silicona de las vaginas y penes de varios ejemplares muertos, y descubrieron que su estructura está repleta de pliegues y espirales. Pero, ¿qué función cumplen?
Según los autores del estudio, los delfines macho forman pequeños grupos (entre dos y cuatro ejemplares) para mantener a otros rivales alejados de las hembras. Cuando un ejemplar femenino se encuentra «protegido» por uno de estos grupos, tiene pocas posibilidades de evitar tener que aparearse con todos ellos. Pero si puede evitar que la fertilicen si no lo desea. Y ahí es dónde entran en juego los pliegues de su vagina.
Los investigadores usaron los moldes de la vaginas y penes de los delfines, para ver como se acoplaban los segundos. Y comprobaron que un simple movimiento de la hembra podía hacer que esos pliegues actuaran como a barrera que impidiese que el esperma del macho la fecundase.
¿Son entonces las hembras capaces de controlar el rito de apareamiento con sus movimientos, decidiendo así que macho la fecunda? este hallazgo así lo sugiere, aunque será necesario realizar más investigaciones para poder confirmarlo.
Vicente Fernández López