Con sus casi 6.190 metros de altitud el monte Denali (también llamado McKinley), en Alaska, es el más alto de América del Norte. Se calcula que cada año más de mil escaladores subren a su cima, y eso está suponiendo un problema inesperado. Según los responsables del Alask´s Denali Park, los alpinistas dejan al año aproximadamente 2,5 tomeladas métricas de desechos orgánicos, principalmente heces. De hecho, han calculado que desde 1951 se han acumulado allí casi cien toneladas métricas de excrementos.

El gran problema es que no se han podrido, ya que la nieve que los va cubriendo los ha preservado. Por esa causa, los investigadores del parque han descubierto presencia abundante de bacterias fecales de procedencia humana en los glaciares cercanos, de los que procede gran parte del agua que llega a ríos y fuentes.

Las autoridades sanitarias temen que más tarde o más temprano esto pueda provocar un problema sanitario en las poblaciones rurales cercanas. Por ese motivo, a partir de ahora, los montañeros tendrán prohibido hacer sus necesidades en aquel lugar, salvo en un siito muy concreto: una gran grieta situada a una actitud de 4.200 metros, y cuya ubicación se considera segura.

¿Qué ocurre entonces si a un montañero le entran ganas de hacer sus necesidades antes de llegar allí o en el camino de regreso? Pues que tendrá que aguantarse hasta llegar al campamento base.

Fuente: LiveScience.

Vicente Fernández López