La caspa no solo se produce en el ser humano. Se da en prácticamente todos los mamíferos y también en las aves. Y, ahora, un equipo del University College Cork, ha encontrado los restos fosilizados de caspa más antiguos que se conocen. Y los han hallado en los restos de un pequeño dinosaurio de hace 125 años que vivió en China.
Se trata de un microraptor, un dinosaurio carnívoro que tenía alas y el tamaño de un cuervo. El hallazgo es realmente importante porque es la primera evidencia que muestra como mudaban de piel estos animales. Y el detalle de la caspa revela que en vez de perder su capa de piel en una sola pieza, tal y como hacen los reptiles, se desprendían de ella en pequeños pedazos.
La caspa de este dinosaurio está formada, al igual que en los humanos y en las aves actuales, por unas pequeñas piezas llamadas corneocitos, que son células rellenas de keratina. La diferencia con las de los pájaros modernos, es que las de estos tienen mucha más grasa.
La razón de que los corneocitos de las aves tengan tanta grasa es porque les ayuda a disipar el calor que su cuerpo genera mientras vuelan. Por eso, el que los corneocitos del microraptor sean menos grasientos, puede significar que estas aves no generaban tanto calor corporal porque no volaban demasiado lejos.
Fuente: The Guardian.
Vicente Fernández López
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