Fue en 2017, cuando se descubrió en aguas de Hawái la existencia de una cría de delfín con unas peculiaridades morfológicas, que sugerían que podía tratarse de un híbrido entre dos tipos de cetáceos. Y, ahora, las pruebas realizadas por un equipo del Cascadia Research Collective, han revelado que efectivamente es el fruto del apareamiento entre un delfin y una ballena de cabeza de melón.
Puede sonar a ciencia ficción, pero hay que tener en cuenta que la llamada ballena de cabeza de melón es, pese a su nombre una variedad de delfín. De todas formas, el descubrimiento de este ejemplar híbrido no significa forzosamente que vaya a producirse la aparición de una nueva subespecie. Los investigadores explican que, en muchos casos, estos híbridos son infértiles. Aunque si hay algunos en los que pueden tener descendencia y dar lugar a la aparición de una nueva variedad. Habrá que esperar a ver que ocurre con esta cría.
Fuente: ScienceAlert.
Vicente Fernández López