Una ola humana en un partido de fútbol, normalmente gira en el sentido de las agujas del reloj, se “contagia” a una velocidad de 12 metros por segundo (unos 20 asientos) y alcanza un grosor de 6 a 12 metros, lo que corresponde a unos 15 espectadores. Estos son algunos datos curiosos de un estudio publicado en la revista Nature.
El físico Támás Vicsek, de la Universidad de Budapest (Hungría), ha desentrañado los misterios de esta coreografía futbolera y ha descubierto que se origina y propaga siguiendo un modelo matemático similar al de ciertos fenómenos físicos, como las contracciones del tejido cardíaco, la expansión del fuego en un bosque y las olas del océano.
Visek asegura que su investigación ayuda a comprender cómo nos comportamos en una multitud, y podría servir para evitar incidentes cuando nos reunimos en grandes masas.
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