La luz del sol solo consigue vencer al azul del mar durante unos 200 m. Más allá se abre un reino de oscuridad apenas conocido para los seres humanos. Así que habremos de conformarnos con ir descubriendo poco a poco las caprichosas formas y hábitos de unos seres adaptados a tan peculiar entorno.
Los que aquí te mostramos aparecen en el libro Abysses (Abismos), de la francesa Claire Nouvian. Y a fuerza de extraños, tienen cierto parecido con algunos productos de nuestra fantasía. ¿Quién iba a decirles a los creadores de Pikachu, o del pequeño Dumbo, que las versiones vivas de sus personajes llevaban siglos nadando a entre 300 y 5.000 m de profundidad? Es prácticamente lo único que sabemos de esos pulpos, que se alimentan de caracoles y gusanos. Al pez baboso Careproctus longfilis, por su parte, se le puede sorprender entre los 1.900 y los 3.000 m. Aunque no siempre es reconocible: cuando se siente amenazado, se enrosca hasta adquirir la apariencia de una peligrosa medusa.