¡¡¡Y digo salta!!!
Un grupo de sifacas de Verreaux (Propithecus verreauxi), primates endémicos de Madagascar, parece bailar, pero en realidad es parte de su forma de andar: dando saltos.
Festejo
Las ranas arborícolas de ojos rojos (Agalychnis callidryas) tienen motivos de celebración: poseen la capacidad de cambiar en respuesta a alteraciones del ambiente. Durante su etapa en el huevo, si detectan una amenaza, se convierten en renacuajos inmediatamente.
Preliminares
Limitados en sus movimientos, los caracoles rara vez “bailan”, pero antes del apareamiento habitualmente se “besan” frotando las antenas.
Paquidancen
Según Adena Schachner, psicóloga de Harvard, los elefantes sí son capaces de seguir el ritmo de la música sin recibir “lecciones” previas.
No debe haber entrenamiento previo y ha de ser capaz de cambiar el ritmo según la música para que se considere que un animal baila. Los babuinos, por ejemplo, no pueden hacerlo.
Breakdance
Por mucho que nos gustaría pensar que a este canguro lo han pillado en una acrobática pose, la realidad es que se está aseando.
Ensayando… Todo es posible.
Aniruddh Patel, neurobiólogo del Instituto de Neurociencias de California, asegura que es posible hacer que los ratones se muevan al compás.
Se acepta baile
Si concebimos la danza como un intercambio de emociones e información al ritmo de estímulos externos, estas hormigas están en plena danza: comparten datos del entorno al ritmo de los cambios primaverales.
En busca de una pareja
Un sapo Sclerophrys garmani intenta huir del ataque de un avemartillo (Scopus umbretta). Puede que lo intente distraer con un paso de baile, pero probablemente el pajarraco terminará ampliando su menú. Moraleja: para bailar, búscate alguien de tu tamaño.
Paso doble
Agotado de volar para darle comida a sus pichones, este búho, retratado en Inglaterra, comenzó a caminar entre las ramas buscando fuentes de alimento más cercanas.
Un vals felino
Dos leonas se abrazan erguidas en una postura que parece indicar que bailarán un vals. La imagen, tomada en el Parque Nacional Samburu, de Kenia, retrata un momento de juego entre dos “gatitas”.
Bailes ilegales
El uso de osos en espectáculos de entretenimiento es una práctica con más de dos mil años de antigüedad. Afortunadamente, se ha declarado ilegal en casi todo el mundo, aunque algunos, como estos retratados en Rusia, aún no se enteren.
¡Bailad, malditos!
Los suricatos tienen un sistema de señales para alertar a los miembros del clan de algún peligro: saltos, pequeñas carreras y chillidos.