¿Es necesario levantar peso para estar en forma?

Aunque con solo echar un vistazo a un gimnasio así lo parezca, esto no es cierto. Varios estudios sugieren una relación directa entre la fuerza muscular y la longevidad. Por ejemplo, uno publicado en 2008, en el que se midió la fuerza muscular de casi 9.000 hombres y se controló su salud durante 20 años, demostró que las tasas de mortalidad entre los menos fuertes eran un 30% superiores a las del resto.
Una relación que se mantuvo incluso cuando se tuvieron en cuenta los efectos de la capacidad aeróbica. “La conclusión es que la fuerza y el indicativo de estar en forma (aptitud aeróbica) no están directamente relacionados”, dice Steve Blair, uno de los coautores del estudio de la Universidad de Carolina del Sur.
Según el médico deportivo Nicolás Terrados: “El fortalecimiento de brazos y piernas es necesario para estar en forma. Sin embargo, da igual que esto se consiga levantando cartones de leche y subiendo escaleras o en un gimnasio levantando mancuernas y soportando sesiones de spinning”.

¿Correr puede matarte?

La muerte por infarto a mitad de una carrera de Jim Fixx, el corredor que puso de moda el jogging en los 70, ha reforzado este mito. El riesgo de un ataque al corazón se eleva durante el ejercicio vigoroso, pero cuando no estamos acostumbrados a hacerlo. Sin embargo, para alguien que corre cinco veces por semana, el riesgo de sufrir un infarto se reduce un 50%. Pero realizar cualquier ejercicio puede ser peligroso sin control.

¿Es posible estar gordo y tener un buen estado físico?

Es preferible ser un gordito que hace ejercicio físico que un delgado sedentario”.Esta frase, que según parece pronunció un famoso cardiólogo estadounidense, indica efectivamente que los kilos de más no son incompatibles con estar sano aunque a veces, pero suponen un hándicap. Según Steven Blair, de la Universidad de Carolina del Sur: “Nadie niega que existe una correlación negativa entre el peso y la capacidad aeróbica: las personas con sobrepeso tienden, como grupo, a ser menos activas. Esto se debe sobre todo a que un estilo de vida sedentario contribuye al aumento de peso, y en parte porque las personas obesas pueden sentirse disuadidas de hacer ejercicio. Y es que esto puede llegar
a convertirse en un círculo vicioso”.
Un estudio publicado en 2007 sobre 2.600 personas de distinto peso les cronometró el tiempo que podían correr en una cinta antes de agotarse. Entre los levemente obesos, solo un tercio entró en los físicamente aptos, y solo la mitad de los que eran moderadamente obesos superó la prueba.
Sin embargo, Blair señala que las medidas de la aptitud aeróbica no tienen nada que ver con la cantidad de tejido graso que tengamos. De hecho, este estudio demostró que las personas que estaban más en forma, aunque fueran obesas, corrían menor riesgo de morir que las personas que no hacían nada de ejercicio, aunque su peso fuera normal.

¿Es necesario tomar muchos líquidos?

Debemos beber para reponer los líquidos que perdemos cuando hacemos deporte. De hecho, según el Colegio Americano de Medicina Deportiva, deberíamos pesarnos antes y después del ejercicio, para saber cuánto líquido “reponer”. Sin embargo, el exceso de líquido reduce el rendimiento, e incluso existe un síndrome, la hiponatremia (EAH), que se produce cuando se bebe tanto que la concentración de sodio en la sangre baja demasiado. Los casos de EAH aumentaron en los años 90 en EEUU. Tim Noakes, director de ciencia del ejercicio y el deporte de la Universidad de Ciudad del Cabo, fue el primero en dar el toque de atención sobre este aumento, que él achaca a la mayor promoción de los fabricantes de bebidas para deportistas.

Redacción QUO