Cuando el cerebro joven madura atraviesa diferentes períodos de reorganización conocidos como períodos críticos: pequeños destellos de plasticidad neuronal. El desarrollo del sistema visual, por ejemplo, involucra un período de plasticidad apenas se nace, en el que las neuronas se “reconectan” para coordinar las conexiones del córtex visual y que el entorno luzca igual sin importar si se mira con el ojo izquierdo o el derecho.
Si durante este período se bloquea la visión de uno de los ojos, se desconecta del córtex visual, las neuronas buscan una conexión en el ojo sano para suplir la deficiencia. Desafortunadamente, aunque se vuelva a recuperar la visión en el ojo, nunca se verá perfectamente bien con él.
Científicos de la Universidad de California, San Francisco, con Michael Stryker a la cabeza, han identificado unas neuronas, llamadas inhibitorias, que son las encargadas de orquestar los períodos críticos.
Luego han transplantado neuronas embriónicas inhibitorias en el cerebro de ratones jóvenes y recién nacidos (con una mutación genética que impedía la actividad de las neuronas inhibitorias) y han provocado un nuevo período crítico que permitió a los ratones compensar por la pérdida de sensibilidad de un ojo. “Creemos que es algo enormemente prometedor ya que muestra la capacidad de estas neuronas para inducir un nuevo período crítico en un cerebro ya maduro, lo que esperemos sea muy útil en la recuperación de lesiones cerebrales” asegura Stryker quien ha publicado su hallazgo en la revista Science.
Juan Scaliter