Científicos de la Universidad de Leeds, Reino Uni­do, han comprobado que un 5% de los integrantes de una multitud son suficientes para influir sobre la dirección que esta toma y lograr que el 95% restante les siga. Jens Krause y John Dyer lo experimentaron con grupos de 200 personas, a quienes pidieron que caminaran aleatoriamente en un gran recinto. A un pe­queño porcentaje le dijeron adónde debían dirigirse. El resultado fue una estructura autoorganizada en forma de serpiente. Los “informados” marcaban no solo la dirección, sino también la velocidad del grupo: lo que hace un líder. El experimento podría utilizarse para gestionar multitudes en emergencias.

Redacción QUO