“No le quedan pulmones sanos. La única opción es quitar la máscara (de oxígeno) que le ayuda a respirar y ponerle un goteo de morfina hasta que muera”. Con estas palabras, dichas mediante un vídeo por un robot, una familia californiana ha recibido el diagnóstico terminal de Ernest Quintana, un paciente de 78 años cuyos pulmones estaban en un estado tan precario que su muerte era inminente.

«Es posible que no llegue a casa», remató la máquina. Llegó, pero dos días después, efectivamente, murió. El incidente ha tenido lugar en el centro médico Kaiser Permanente de Fremont, California. El modo inhumano de comunicar tan lamentable noticia ha indignado a la familia, quien califica de atrocidad las extrañas maneras de interactuar con los enfermos que está implantando la tecnología y la automatización de cualquier trámite. Annalisia Wilharm, una nieta del fallecido, lamenta lo ocurrido: “Sabíamos que sucedería, pero no creo que alguien deba recibir esta noticia así”.

Medicina del futuro

El centro médico ha asumido parte de su responsabilidad por el incidente, pero no aclara en qué circunstancias va a dejar la atención de sus pacientes en manos de robots de telepresencia. “Nuestro personal de atención médica recibe una amplia capacitación en el uso de la telemedicina, pero la tecnología de vídeo no se usará como reemplazo para la evaluación personal ni en las conversaciones con los pacientes», dice en un comunicado. En él aseguran que el fallo les servirá para revisar este tipo de prácticas y usos con el equipo médico. Por su parte, las únicas palabras de consuelo que han recibido sus seres queridos son: «Lamentamos no haber cumplido con las expectativas del paciente y de la familia en esta situación».

Fuente: KTVU

Marian Benito