Aunque una bebida fría enfríe también tu cerebro, tampoco será nada preocupante. Los neurocirujanos, como Rafael Tamargo, del Hospital Johns Hopkins, llevan con frecuencia el cerebro desde su temperatura habitual (entre 37 ºC y 38 ºC) hasta los casi 18 ºC. «Se dan situaciones, especialmente cuando hay que corregir los problemas de circulación sanguínea, en las que debemos enfriar el cerebro para detener la circulación en determinada zona y poder trabajar con seguridad», dice.
Cuando el cerebro se enfría hasta los 20 ºC, su metabolismo y su actividad eléctrica disminuyen un 15%; los cirujanos la reducen hasta los 17ºC por si acaso.
Redacción QUO