Decía el escritor alemán Ludwig Börne que “vivimos eternamente afinando, y el concierto no empieza nunca”. El cambio forma parte de nuestro ciclo vital, y también de la evolución de la Humanidad. Es un modo valiente de interactuar con el entorno y a la vez con nuestro propio yo. Nos ayuda a reforzar la identidad y a forjar una personalidad dinámica y adaptable a la realidad. Sin embargo, sin una adecuada reflexión, algunos cambios pueden abocarnos a crisis vitales y de identidad que acaban siendo muy peligrosas.
Redacción QUO