Los posibles efectos cancerígenos de las radiaciones que emiten los teléfonos móviles han generado un largo debate que no parece tener visos de finalizar. Ahora, acaban de conocerse los resultados de un experimento masivo encargado por la FDA (la agencia estadounidense que se encarga de la regulación de los alimentos y los medicamentos) y los resultados seguramente van a dar mucho que hablar.
Durante diez años, los investigadores expusieron a ratas y ratones a los efectos de estas radiaciones. Y lo que observaron es que algunas ratas macho desarrollaban tumores en los tejidos cercanos a los oídos, y también en algunas otras partes de su organismo. Pero, sorprendentemente, no ocurría lo mismo con las ratas hembra ni con los ratones, con independencia de su sexo. Pero, ¿a qué puede deberse eso?
Los investigadores explican que el organismo de una rata macho de dos años es equivalente al de un humano de 70 años. Eso implicaría que esos tumores podrían deberse a factores relacionados con el envejecimiento. Pero, además, hay que tener en cuenta que cada cobaya ha sido sometida a los efectos de radiación durante nueve horas seguidas a lo largo de dos años. Según los investigadores, la dosis de radiación recibida por los animales es exagerada y muy superior a la que cualquier persona recibiría con el uso diario del móvil.
Por si todo eso fuera poco, parece que la incidencia de ratas afectadas tampoco ha sido estadisticamente muy alta. Todos estos factores hacen que los resultados del experimento no sean extrapolables al ser humano. Pero, probablemente, tampoco sirvan para tranquilizar a quienes temen que las radiaciones de los teléfonos puedan ser cancerígenas.
Vicente Fernández López