La publicación especializada Ophtalmology acaba de dar a conocer el caso de una paciente australiana de 50 años que sufrió graves problemas de visión por no limpiarse correctamente la sombra de ojos de sus párpados. La mujer acudió al oculista después de un tiempo con la desagradable sensación de que algo se había introducido en sus ojos. Y el especialista descubrió fragmentos de pigmentos oscuros que se habían introducido bajo la conjuntiva, la membrana transparente que cubre la parte posterior de los párpados y el exterior del globo ocular.

[image id=»96638″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Algunos de esos fragmentos habían desgarrado la conjuntiva y habían dañado la córnea de la paciente. Por ese motivo, fue necesaria la cirugía para extraérselos. Afortunadamente, la situación fue descubierta a tiempo ya que, de haberse prolongado, habría provocado una infección que podría haber causado ceguera total.

La paciente reconoció que no se limpiaba bien la sombra de ojos, y que casi siempre le quedaban restos en los párpados.

Fuente: LiveScience.

Vicente Fernández López