Hasta la fecha, numerosos estudios habían evidenciado los beneficios del entrenamiento físico respecto a la depresión, tanto como herramienta para prevenirla, como para intentar aliviar algunos de sus síntomas. Pero dichos estudios se habían centrado mayoritariamente en el llamado entrenamiento aeróbico, que engloba ajercicios como correr, montar en bicicleta, hacer zumba… Pero muy pocos habían evaludado los beneficios del entrenamiento anaeróbico, el que se realiza con pesas.
Ahora, una nueva investigación realizado por la Universidad de Limerick, en Irlanda, ha intentado rellenar ese vacío. Los autores de la misma trabajaron con dos mil voluntarios de ambos sexos y de diversas edades, algunos de los cuales habían sido diagnosticados con depresión.
Y los resultados mostraron que los ejercicios de fuerza con pesas tenían resultados beneficioso en todos ellos. En aquellos que tenían depresión contribuían a hacerles sentir algo mejor, y en quienes no la tenían reducían el riesgo de sufrirla. Los autores del estudio consideran que estos efectos positivos se debían a la vez a causas fisiológicas y psicológicas. Además, los beneficios eran idénticos en quienes entrenaban dos veces por semana, y en quienes lo hacían cinco o más veces, y no dependían de la cantidad de peso levantada.
Por un lado, tal y como explican, los ejercicios estimulan la producción de sustancias químicas en el cerebro que contribuyen a mejorar el estado de ánimo. Y, por otro, también influyen las propias expectativas de la persona. Entrenar creyendo que puedes sentirte mejor, ayuda a que realmente sea así.
Fuente: The New York Times.
Vicente Fernández López