El mejor ejemplo de cómo nuestro organismo está adaptado a la Tierra es que nuestro ciclo circadiano dura 24 horas. Nuestra lectora Cati descubrió que la NASA va a entrenar a los astronautas para cuando vayan a misiones donde el día no dure 24 horas (en Marte dura 37 minutos más).

En todas las misiones, el desajuste horario estresa y enferma a los tripulantes. Con ayuda de la Universidad de Harvard, hallaron que el mejor modo de alargar los días de los astronautas es añadirles 90 minutos de luz al atardecer; y que, si esa luz era de color azul, tanto mejor para ajustar la secreción de la melatonina, responsable de desatar el sueño.

Redacción QUO