Craig Lundberg, un soldado británico ciego, ha sido el primero en probar este dispositivo. Las imágenes que captan las gafas son transformadas en píxeles y provocan pulsos eléctricos que se transmiten por unos electrodos conectados a la lengua. Dependiendo del tipo de señal recibida, el usuario distingue entre oscuridad y luz, y el volumen de los objetos.
Redacción QUO
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