En 1877, Charles Howard, juez del distrito, quiso cobrar por recoger sal de las minas de un pueblecito llamado San Elizario (Texas). Howard fue encarcelado por los lugareños, pero salió tras prometer reinstaurar el libre acceso a estas. Pero Howard llamó a los rangers, para recuperar el control. La población se sublevó y venció –hubo 12 muertos–, el juez fue fusilado y despedazado, y sus restos, tirados a un pozo.
Alejandro Quiroga
Historiador y profesor de la U. de Newcastle
Enviada por José Ignacio López de Pablo, Madrid
Redacción QUO
Las pruebas sugieren que los grandes felinos extintos con dientes de sable conservaban a sus…
La falta de datos de la industria química en la UE impide a menudo evaluar…
El cambio climático podría convertirse en el principal causante del declive de la biodiversidad a…
La vitamina D altera las bacterias intestinales de los ratones y como resultado mejora su…
Los científicos confirman la composición del núcleo interno de la luna, que consiste en una…
El cambio climático multiplica la amenaza de la resistencia a los fármacos antimicrobianos