El doctor en Prehistoria de la Universidad del País Vasco Marcos García Díez y su compañero Javier Angulo, autores del libro Sexo en piedra, aseguran que ya en el Paleolítico superior (38.000-9.000 a. C.) el sexo dejó de ser un comportamiento biológico ligado solo a la reproducción y se integró como un elemento cultural más. Algunas de las representaciones pictóricas que lo demuestran se encuentran en España. En la Cueva de los Casares (Guadalajara) se puede ver claramente la pintura de un coito, y en la de Tito Bustillo, en Ribadesella (Asturias), las primeras representaciones fálicas y el denominado Camarín de las Vulvas.

Redacción QUO