Puede que el nombre de Douglas Rain no diga mucho a la mayoría de las personas, pero si explicamos que él fue quien puso la voz a HAL 9000, el legendario ordenador de la película 2001, la cosa cambia.
Stanley Kubrick realizó numerosas pruebas de voz a actores consagrados, entre ellos Martim Balsam y Nigel Davenport, pero no acaba de encontrar una voz que le resultara satisfecho. Finalmente la encontró en la persona de este actor consagrado al teatro, que supo darle al computador ese tono vocal pausado y suave, pero que a la vez resultaba amenazador y fríamente implacable.
En intérprete recordaba que Kubrick le hizo recitar sus líneas de diálogo recostado, y con los pies descalzos colocados sobre una almohada, para que ese estado relajado le permitiera obtener una cadencia más pausada y emocionalmente neutra, en el recitado de sus textos.
Fuera de su participación en esta película, Rain volvió a prestar su voz en 1973 para doblar a otro ordenador en El dormilón, película con la que Woody Allen satirizaba el género de ciencia ficción. Y alcanzó gran prestigio en los círculos teatrales anglosajones, con la obra Un hombre para la eternidad, en la que interpretaba a Tomás Moro y por la que fue nominado a los premios Tony.