Las montañas de Noruega han sido el lugar donde se han encontrado los restos casi intactos de un avión británico, un Spifire, derribado en 1941 por los alemanes durante la II Guerra Mundial. Y lo más sorprendente de todo ha sido el hecho de que se ha comprobado que el aparato, fue el que pilotó Alastair Gunn.

Se trata de uno de los prisioneros británicos que protagonizó la espectacular fuga que 200 cautivos británicos, canadienses y polacos, realizaron de un campo de concentración alemán en 1943, y que inspiró la película La gran evasión. Tristemente, solo tres lograron alcanzar la libertad. El resto fueron capturados de nuevo por los nazis, y unos cien fueron fusilados por la Gestapo, entre ellos Alastair.

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El piloto había sido derribado mientras realizaba una misión de espionaje sobre Noruega, intentando fotografiar las bases alemanas.

Cientos de Spitfires como el suyo fueron derribados durante el transcurso de la guerra. Pero lo excepcional ha sido descubrir los restos de uno que está casi intacto.

Fuente: The Independent.

Vicente Fernández López