Un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington apunta que, en cierto modo, nuestro sistema nervioso central es propenso al erotismo. En su investigación, los científicos descubrieron que el cerebro se activa mucho más deprisa frente a estímulos “libidinosos” que de otro tipo.

El doctor Harold Mouras, de la Universidad de Picardie Jules Verne (Francia), se interesó por el modo en que nuestro cerebro reacciona ante los estímulos sexuales procedentes de la pornografía, y encontró que la excitación venía acompañada por una intensa actividad en el pars opercularis, precisamente la región en la que se encuentra gran cantidad de las neuronas espejo, las responsables de la empatía, por ejemplo.

Así que llegó a la conclusión de que la visión de otras personas realizando un acto sexual activa nuestras neuronas espejo y nos induce a pensar que somos nosotros mismos los protagonistas de esta acción.

Redacción QUO