Pregunta: ¿Cuál es la investigación más difícil que ha hecho?
Respuesta: Medir cuáles eran las personas más veloces del mundo. Tuve que sincronizarme milimétricamente con un equipo de colaboradores para realizar las mediciones en treinta y dos países diferentes, el mismo día y a la misma hora. Por cierto, los ciudadanos más veloces son los de Singapur. Pero mi favorita es una que realizamos en una vieja cárcel londinense, que hicimos pasar por una casa supuestamente encantada. Tuvimos que usar trucos dignos de Spielberg para valorar la capacidad de sugestión de la gente con los temas sobrenaturales.

Pregunta: Imagino que este tipo de experimentos debe requerir una logística nada desdeñable. ¿Le resulta sencillo conseguir la financiación necesaria?
Respuesta: Al principio era más difícil. Mi financiación proviene de fuentes privadas, porque los organismos oficiales no gastan su dinero en temas que no les parecen trascendentes. Por eso acudo a las televisiones. A cambio, se me exige organizar un pequeño show.

Pregunta: ¿Como fotografiarse con un colaborador disfrazado de pollo gigante?
Respuesta: Por ejemplo.

Pregunta: Esa fotografía me tiene fascinado. Dígame, por favor, quién se ocultaba bajo el disfraz.
Respuesta: Ja, ja, ja. Era uno de mis alumnos. Aceptó colaborar con una condición: que no reveláramos nunca su identidad.

Pregunta: ¿Ha recibido alguna crítica de sus colegas por esa forma de trabajar?
Respuesta: Al contrario, sólo he recibido felicitaciones. Les encanta este esfuerzo por hacer la psicología más atractiva y divertida.
Pregunta: ¿Pero realmente tienen utilidad los resultados de este tipo de estudios?
Respuesta: Muchos de ellos sí, y más de lo que creemos. Gracias a uno descubrimos que la gente está más dispuesta a gastar enormes sumas de dinero en objetos y productos caros cuando escucha música clásica que cuando escucha música rock. Y eso se debe a que entre los efectos de la música clásica está el de hacer que nos sintamos más sofisticados.

Pregunta: Uno de los temas que más me ha llamado la atención es cómo la elección de un nombre puede influir realmente sobre nuestra vida.
Respuesta: Más de lo que muchos piensan. Nuestra investigación demostró que en el mundo anglosajón el apellido Fish (pez) es el que predomina entre los biólogos marinos, y que un elevado número de abogados tienen nombres que empiezan por Law (ley). Los psicólogos los llamamos “condicionantes ocultos” y son (en este caso) palabras que ejercen una influencia sutil sobre nuestro carácter.

Pregunta: ¿Su apellido, Wiseman, es real?
Respuesta: Por supuesto que lo es.

Pregunta: En castellano significa “hombre sabio”. ¿Influyó en la decisión de elegir una carrera científica?
Respuesta: Ja, ja, ja. No puedo precisar tanto. Pero sí me influyó a la hora de decidirme a investigar sobre ese tema en concreto.

Pregunta: Por último, ¿se considera raro?
Respuesta: He pasado varios años dedicándome a cosas como estudiar cuál es la frase perfecta para ligar, o por qué podemos votar a políticos a todas luces incompetentes. Si dejamos eso aparte, soy alguien de lo más corriente. Me gusta leer, viajar, ir al cine…

Redacción QUO