Benedetto Bufalino es un artista parisino, nacido en 1982, que se desenvuelve igual que pez en el agua en los talleres de automóvil y encuentra en ellos infinitos y originales registros para su arte. Tan pronto convierte un Seat Ibiza en una escena veraniega con un confortable jacuzzi como lo transforma en una improvisada barbacoa con la que conquistar el paladar de los amigos.
El artista se ha propuesto cambiar el orden las cosas, lo que le obliga a tomar un objeto y destruirlo para crear otro nuevo con una función diferente. Su filosofía es clara: “Vivimos en la era del desorden. Hay demasiados artilugios en todas partes y destruir ahora es una opción”. Por ejemplo, ¿para qué buscar un espacio en el que instalar una pista de tenis teniendo a mano el techo de una caravana o los bajos de un utilitario?
¿O qué mejor acuario para que habiten los peces que una cabina telefónica? Con todo ello, Bufalino quiere lanzar una advertencia a la sociedad consumista y del ocio.
La última extravagancia de este artista activista ha sido la instalación de un espacio público sobre automóviles aparcados en una acera. Con esta idea, que Bufalino denomina acto vandálico, se ha presentado a la última edición del festival de arquitectura y diseño Concéntrico 05, celebrado en Logroño. Su objetivo fue que el peatón redescubriese su sitio, por lo que escogió tres coches desguazados de un depósito de chatarra y los estacionó en una calle de la ciudad durante una semana levantando sobre ellos una terraza de madera. Enseguida la gente comenzó a caminar sobre ella.
Lo cotidiano es su principal fuente. En sus últimas obras, el parisino muestra la mejor versión de sí mismo, la de transformador. No necesita museos, sino espacios abiertos y públicos: un recinto ferial, la calle, un parque o un jardín. Cada espacio es su campo de trabajo artístico y en él deja su huella excéntrica y dinámica a través de esos objetos que modifica y reconfigura como si fuese una broma encantadora. Un tubo de pegamento, pedazos de cartón, cuerdas, una tabla de skate, una pistola de agua… En sus manos, cualquiera de estos objetos adquiere categoría artística, pero siempre de un modo transitorio y efímero.
Concéntrico es un festival que reúne a creadores que hablan, a través de sus diseños, de urbanidad e invitan a repensar nuestro entorno a través de instalaciones, exposiciones, conferencias, performances, talleres y otras actividades.
Marian Benito