Aunque muchos se han tragado la trola de que los mayas pronosticaron cuando se acabaría el mundo, lo cierto es que no supieron ni tan siquiera predecir su propia decadencia. Según un nuevo estudio publicado hoy en la revista Science realizado por científicos e investigadores británicos y mexicanos, la civilización maya «desapareció por varios períodos de sequía moderada».

Una ‘leve sequía’ la causante del colapso

Hasta ahora, los científicos pensaban que el declive de la civilización que habitaba Mesoamérica había sido provocado por sequías graves. Según aseguran los investigadores, una reducción temporal del 40% de lluvias era más que suficiente para provocar la evaporación de los embalses que usaban, debido a que la disminución de tormentas en verano, en una región sin ríos, dejaba a los mayas sin fuentes alternativas de agua. Según el Profesor Rohling de la Universidad de Southampton (Reino Unido), uno de los directores del estudio, «los resultados muestran una reducción de las precipitaciones más modestas entre los tiempos en los que la civilización maya clásica floreció y colapsó, entre los años 800 y 950». Esta reducción de precipitaciones es de un 25 a un 40% que, aunque moderadas, provocaron que la evaporación fuera mayor que las precipitaciones, produciendo con esto una reducción rápida y considerable del agua disponible para la región.

Para llegar a estas conclusiones sobre el colapso de la civilización maya, la investigación ha combinado registros de cambios climáticos en el pasado a partir de estalagmitas y lagos de poca profundidad, con un modelo de reducción de lluvias de verano y tormentas tropicales sobre la región.

Son muchas las teorías que existen sobre la decadencia de los hombres que creían en un cosmos de 13 cielos. En 2009 la NASA afirmaba que la tala de bosques hundió el imperio maya. Otras interpretaciones más clásicas, culpan al cambio climático como ‘exterminador’ de los campos y causante de hambrunas y migraciones. Otros científicos están de acuerdo en que fueron la falta de lluvias las que castigó a este pueblo, teoría que confirma la nueva investigación publicada en Science.

¿Cómo puede causar una leve sequía tan siniestros resultados?

Según Rohling: «El verano es la temporada ideal para el cultivo y el reabastecimiento de los sistemas de almacenamiento de agua de los mayas, y, desafortunadamente, no existen ríos en las tierras bajas de Yucatán.» Rohling deduce que eso pudo causar «trastornos sociales para la supervivencia y provocar el posterior abandono de las ciudades». Curioso que su final fuera contrario en el que ellos creían, ya que creían que, antes del suyo, habían existido otros mundos que fueron destruidos por ‘el diluvio’.

«La situación puede repetirse»

Ahora la preocupación de los científicos es que la Historia puede volver a repetirse:»Lo que parece una pequeña reducción sin importancia en la disponibilidad de agua puede dar lugar a importantes problemas de larga duración». Según los investigadores: «este problema no es solo de la Península de Yucatán, sino que se extiende a todas las regiones ubicadas en entornos en los que la evaporación de agua es alta. Hoy en día, tenemos el beneficio de la concienciación, y deberíamos actuar en consecuencia».

Y ya que estamos ¿Qué es eso de que predijeron que el mundo se acababa este año?

Lo más curioso de este más que evidente falso rumor, es que los mayas jamás dijeron y ni tan siquiera insinuaron nada parecido. Todo viene del mismo sitio: de aquellos suburbios del pensamiento de nuestra sociedad actual donde aún se niega la Teoría de la Evolución, que el hombre fuera a la Luna, nacen las teorías disparatadas sobre la tierra hueca o referidas a magufadas habituales que vienen muy bien a algunos para sacar dinero, pero que están totalmente alejadas de la Ciencia y la racionalidad. Yendo al grano: en realidad este rumor viene de que el calendario maya es uno de los que tiene un ciclo más largo: un total de 1.872.000 días que vienen a ser, en años, 5.125. Este empezó tal que un 3.114 a.C. y para fortuna de los adictos a las magufadas y twitteros a los que gusta el tremendista chascarrillo para acabar sus chistes en los tuits, acaba el 21 de diciembre de este año. Eso ha ocasionado que más de un charlatán y algún que otro adicto a las ‘artes ocultas’ sin base científica comience a hablar de ‘fin de una era’ sin saber muy bien que está diciendo. Para los más conspiranoicos, el mundo se acaba antes de que nos comamos las uvas este año. Para los pobres mayas, tan solo empezarían un Año Nuevo.

Redacción QUO