Trond Viggo Grøntvedt, investigador de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, reclutó 92 parejas heterosexuales de 19 a 30 años para investigar cómo influyen en la frecuencia de las relaciones sexuales la personalidad, los años juntos y otras características de la relación. Observó que la media de veces por semana no pasaba de tres, aunque cuanto más tiempo llevaban, menor era esta cantidad.
Tanto los hombres como las mujeres que participaron en este estudio, publicado en American Psychological Association, asociaron la pasión con la frecuencia sexual, de manera que se convertía en el predictor más preciso del número de veces, por encima incluso de la felicidad, la confianza, la intimidad, el amor y el compromiso. Un trabajo anterior sugería que la pasión que se atenúa a medida que pasan los años puede ser reemplazada por otros factores complejos, pero muy decisivos.
El dato más llamativo de la investigación noruega es que cuanto más abierta es la predisposición de la mujer hacia el sexo casual, mayor es la asiduidad sexual en la pareja. Salvo excepciones, este factor no tuvo un impacto significativo en los hombres. Antes de extrapolar los resultados a toda la población, los autores hacen una precisión: sus participantes eran todos ciudadanos de Noruega, un país altamente igualitario.
Lo que parece claro es que el sexo sufre un serio declive. Lo corrobora otra investigación llevada a cabo en Londres por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical sobre más de 34.000 personas se distintas edades, concluyó que las parejas están teniendo relaciones sexuales con menos frecuencia, excepto las personas solteras y los hombres menores de 25 años. Las expectativas de aquí a 2030 configuran una curva descendente y en esa fecha habrá muy poco sexo. Aunque no da con las causas exactas, podrían influir el exceso de trabajo y el abuso de las aplicaciones de citas.
Marian Benito