Tras ganar en 2006 el galardón Best of What’s New (lo mejor del año), otorgado por la revista Popular Science, por haber conseguido el primer tejido humano artificial, Anthony Atala, Director del Instituto Wake Forest de Medicina Regenerativa, ha estado muy ocupado cultivando 20 tipos de tejido humano, incluyendo hígados, riñones, pulmones, válvulas cardiacas, músculas, tejido erectil y huesos. Cultivados a partir de células procedentes de sus pacientes, estos tejidos son tan buenos como los originales. «En tejidos implantados con éxitos en seres humanos, los test no muestran diferencias reconocibles entre los tejidos nativos y los elaborados en laboratorio«, afirma Atala (quien declinó comentar que sabor podrían tener). En otras palabras, un riñón que ha crecido en un plato es biológicamente idéntico a uno recién extraído del cuerpo de una persona.

Que el hecho de consumirlo o no constituya un hecho de canibalismo, ya no está tan claro, y ello se debe particularmente a que la definición de «caníbal» usualmente aceptada, no es mucho más específica que la de «ser humano que devora a sus congéneres».

«Lo que nos horroriza del canibalismo es que implica utilizar otras personas como fuente de alimento, o integrar biológicamente a un ser humano dentro de otro», afirma Jonathan Romero, profesor de ética médica de Center for Bioethics de la Universidad de Pensilvania. «Hay también una cierta sensación de nausea ante un miembro desgajado del cuerpo, porque sabemos que perteneció a otro ser humano». Pero los órganos artificiales son básicamente unas cuantas células multiplicadas una y otra vez y protegidas por un andamio proteico, lo cual hace que la conexión con otras personas sea mucho más débil, explica Romero. «Así que no estoy convencido de que consumirlos sea un acto de canibalismo».

Anthony Atala estuvo en TED explicando este procedimiento. Te dejamos el vídeo por si te interesa:

Redacción QUO