Cuando tenemos frío, nos emocionamos, sentimos miedo, nos enamoramos o vivimos una experiencia diferente a las comunes sentimos que la piel se nos pone de gallina. Esto nos pasa a todos los seres humanos en mayor o menos medida, pero ¿por qué?…
Por un lado y, científicamente hablando, la “piel de gallina” se produce por un reflejo llamado “piloerección”, lo que provoca que los pequeños músculos que están en la base de cada capilar se contraigan y levanten así cada uno de los pelos o vellos que recubren la piel. Al mismo tiempo, se dilatan levemente los poros, lo que causa esa apariencia de tan particular de la “piel de gallina”.
Publicación de la sección #Quonectados
Redacción QUO