No es muy común que aparezca una nueva firma de automóviles. La iniciativa de Nissan de crear una segunda división de prestigio como Infiniti no es nueva. Ya a finales de los años 80, las firmas japonesas observaron que fabricantes occidentales como BMW, Mercedes y Cadillac dominaban el mercado del lujo estadounidense. Dispuestos a adueñarse de parte del pastel, desarrollaron divisiones “premium” que pudieran competir en igualdad de condiciones con las grandes berlinas alemanas y norteamericanas. Honda creó Accura –sin perspectivas de instalarse en España por el momento– y Toyota puso en marcha Lexus.
Ahora, Nissan con Infiniti nace con una exigua gama de motores, compuesta por apenas dos variantes: V8 para el buque insignia de la casa y V6 para el resto.
La red de ventas está compuesta inicialmente por solo cuatro puntos: Madrid, Valencia y dos en Barcelona. Su objetivo es ofrecer a los compradores las ventajas de los clubes de élite (gimnasios, descuento en hoteles, asistencia en viaje aunque se utilice otro vehículo…). Ampliar la red de ventas, bajar los consumos y ofrecer propulsores diésel se queda, de momento, en el saco de los proyectos.

Redacción QUO