Los resultados de la investigación sobre la existencia del Bigfoot dirigida por la doctora Melba ketchum, de la que ya hablamos en nuestro artículo Se busca adn del yeti, han sido por fin publicados en la revista DeNovo Scientific Journal.

Según este estudio, la mítica criatura realmente existe (o al menos habría existido hasta hace poco) y sería el fruto de un cruce entre una desconocida especie de homínido y hembras de homo sapinens, que se habría producido hace mil quinientos años.

Suena espectacular, ¿verdad?

La pena es que la comunidad científica no ha tardado ni una hora en ponerle peros a esta investigación. Y el primero tiene que ver con la revista en la que ha sido publciada. Los especialistas afirman que hasta hace un mes nadie conocía la existencia de dicha publicación, que no está claro quien la edita y que su rigor no parece excesivo.

En sus páginas, Miss Ketchum publica hasta 1.100 supuestas pruebas (que abarcan desde pelos de la criatura hasta un bistec mordisqueado por ella), cuyo análisis genético habría demostrado la existencia del Bigfoot. Dichos indicios habrían sido reoclectados en 34 lugares diferente de la georgrafía americana.

El problema, según los científicos, es que al parecer no se han respetado los protocolos exigidos en la recolección de este tipo de pruebas y, fruto de ello, es que el adn de esas muestras estaría degenerado o adulterado.

Melba Ketchum niega tal extremo pero, la verdad es que hasta la fecha, las principales revistas del país habían rechazado su estudio alegando falta de rigor.

Ahora, su «descubrimiento» llega al público a través de una nueva y controvertida publicación que cobra treinta dólares por ejemplar. ¿Habrá alguien dispuesto a pagarlos?

Vicente Fernández López