Tórax interminable, piernas cortas, brazos largos, y manos y pies enormes. Eso es lo que se ve de Phelps. Lo que no se ve es la medición de ácido láctico después de una prueba de 100 metros mariposa. Si lo normal es que se eleve a 15 milimoles tras un esfuerzo como ese, el estadounidense la mantiene en 5 milimoles; sus músculos no se fatigan. Esto le permite hacer 20 pruebas en siete días.

¿Y si se mezclan las propiedades?
La confusión de sentidos es lo que se llama sinestesia. El grupo de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Granada describe cómo una de sus investigadas sinestésicas piensa que la palabra “susto” es azul, mientras que “bondad” es roja, a pesar de que se las enseñan escritas justo en los colores opuestos. Un nuevo tipo de sinestesia acaba de investigarse en el Instituto de Tecnología de California, es auditiva y se pone en marcha con imágenes.?La doctora Melissa Sainz detectó tres estudiantes que escuchaban sonidos cuando veían una serie de puntos moviéndose en una pantalla. (Si quieres averiguar si posees este don, haz el test en www.klab.caltech.edu/~saenz/movingdots.html) Más rara aún que la sinestesia es una capacidad que algunos ciegos tienen para “intuir” que hay un obstáculo en su camino. En la Universidad de Connecticut, el experto en ecolocación animal Peter Scheifele está estudiando a dos personas ciegas: Ben Underwood, de 14 años, y Daniel Kish, de 40, que parecen poseer la misma facultad que los murciélagos. Su cerebro fabrica nítidas imágenes cuando escucha el reflejo de los ruidos. Como si tuvieran un radar, Ben y Daniel entran en una habitación, hablan y oyen sonidos, y con esa información deducen que se encuentran a cierta distancia de una pared o que hay una mesa delante de ellos. Son auténticos y genuinos Batman, partiendo en desventaja y sin usar ese horrible traje ajustado.

Redacción QUO