Suele decirse que la cara es el espejo del alma. De momento, lo que la ciencia ha podido confirmar, gracias a un estudio realizado por investigadores de la Universidad Fudan en Shanghái, es que los rasgos faciales sirven para identificar la edad fisiológica de una persona, que no tiene porque coincidir con la cronológica.

La edad fisiológica informa del estado funcional del organismo, y se suele estimar con parámetros sanguíneos. Y se da el caso de que las personas menores de cuarenta años pueden tener una edad fisiológica seis años mayor o menor que la cronológica, y esa diferencia se vuelve más acusada conforme se cumplen más años. Por eso, los científicos chinos efectuaron un análisis morfológico de los rostros de 322 compatriotas con edades comprendidas entre 17 y 77 años para generar mapas en 3D. De esta forma identificaron ciertos rasgos faciales cuantificables que permiten determinar la edad.

Los resultados revelan que la anchura de la boca, de la nariz y la separación entre ambas aumenta a medida que la persona envejece. Además, las esquinas de los ojos caen de forma más pronunciada en los individuos más mayores. Aunque hay que recordar que el estudio se ha realizado solo con personas asiáticas, con lo que falta saber si los resultados pueden extrapolarse al resto de la población mundial.

Redacción QUO