Hay personas que, por mucho que lo intentan, simplemente no entiende el arte. Hemos escuchado decenas de veces aquello de “Pero si eso es un lienzo en blanco” o “Yo también junto unas piezas de desguace, las mezclo y le llamo arte”. Eso se ha acabado, según científicos expertos en computación de la Universidad de Rutgers. En un estudio publicado en arxiv han desarrollado un algoritmo para hacer comprensible el arte y detectar las obras más creativas.
Los autores del estudio definen la creatividad como «la originalidad del producto y cuan influyente es.» Pero la realidad es que el arte creativo sólo existe en el contexto de otras piezas, decimos que algo es creativo al compararlos con otros ejemplos. La base de datos en la que “bucea” el algoritmo es de unas 125.000 pinturas. Allí se comparan las obras, de diferentes épocas, en función de sus elementos visuales, como la naturalidad de sus formas, las escenas que representan, la viveza de su color o la complejidad de los patrones. Con esta información, el algoritmo establece conexiones entre las pinturas en base a sus características artísticas y su período temporal.
De acuerdo con los resultados, algunas de las obras más creativas de su época son Yellow Still Life (Naturaleza muerta en amarillo) de Roy Lichtenstein o el clásico de Edvard Munch «El Grito”. El problema con este tipo de trabajo, según los autores del estudio, es que es imposible confirmar o negar los resultados: son simplemente datos. Pero sí es una herramienta interesante para que los historiadores de arte o los críticos decidan si una obra nueva es realmente creativa. Los investigadores dicen que el algoritmo podrá ser ajustado para comparar otras formas de arte, como literatura o la música, en un futuro próximo.

Juan Scaliter