Rusia es la principal sospechosa del cyberataque que sufrió el Pentágono el pasado 25 de julio, y que provocó la caída durante dos semanas del sistema de mensajes desclasificados, afectando al trabajo de cuatro mil efectivos, tanto militares como civiles. Según la NBC, fuentes no acreditadas de dicho organismo declararon que el ataque se había llevado a cabo desde unas cuentas encriptadas que hacían sospechar que el gobierno ruso podría estar detrás de esa acción. Pero, ahora, las cosas no están tan claras.

Expertos en seguridad afirman que el ataque se llevó a cabo mediante la técnica de phising, enviando emails con malware, que recolectaban información de la red atacada y la enviaban al punto desde el que había partido la cyberagresión. Una técnica que hace pensar que los autores de este hecho sean vulgares cyberpiratas sin ninguna vinculación con el gobierno ruso, aunque su base seguramente si esté en ese país.

Lo que parece claro es que alguien en el Pentágono pinchó el link que no debía, descargando así el malware que hackeó su sistema. Por ese motivo, las autoridades militares decretaron que se cerrase temporalmente todo el sistema de correo electrónico del estado mayor para evitar males peores.

Redacción QUO