Entre el 23 de febrero y el 6 de marzo de 1836 se libró una de las batallas más célebres de la historia de Estados Unidos: el asedio de El Álamo. Se trataba de una antigua misión española, donde los rebeldes texanos (unos 258 hombres) se atrincheraron para tratar de detener el avance del ejército mexicano, mandado por el general Santa Ana. Los defensores estaban, a su vez, bajo el mando del coronel Travis, el aventurero texano Jim Bowie, y el trampero Davy Crockett. La batalla terminó con la victoria de los mexicanos, y el completo exterminio de los hombres que defendían el fuerte.
Actualmente, El Álamo (en la localidad texana de san Antonio de Bejar), es un lugar visitado cada año por cientos de turistas. Por supuesto, la antigua misión está reconstruida por completo, ya que los mexicanos le prendieron fuego y solo quedaron algunas partes de sus muros en pie.
Pero, ahora, una excavaciones realizadas por la arqueóloga Kristi Miller Nichols, han servido para descubrir los restos de la antigua entrada principal a la misión convertida en fuerte. Dicha puerta se encontraba en el muro sur de la edificación que fue, precisamente, el primero en el que los mexicanos lograron superar a los texanos, logrando penetrar por ahí al interior de la fortificación.
[image id=»82941″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Vicente Fernández López