En la historia de Estados Unidos hay dos discursos que se consideran legendarios. Uno es el que pronunció Abraham Lincoln en el campo de batalla de Gettysburg. Y el otro es el que lanzó Martin Luther King el 28 de agosto de 1963, durante la famosa Marcha a Washington por el Trabajo y la Libertad, y que ha pasado a la posteridad con el título de I Have a dream ( Yo tengo un sueño).

¿Pero que ocurrió con la copia manuscrita de aquel documento? Pues que desde aquel entonces ha estado en poder de un entrenador de baloncesto llamado George Raveling.

En 1963, Raveling solo era un joven que prometía mucho encestando canastas, y que participó como voluntario en la marcha organizada por Luther King, durante la que fue elegido por su estatura para actuar como guardaespaldas del pastor y líder afroamericano.

Al terminar el acto, quedó tan impresionado por el discurso de King, que le pidió el manuscrito como recuerdo, y aquel se lo dio. El muchacho lo guardó en el interior del volumen de una biografía del presidente Harry Truman, y allí estuvo hasta que en 1984 se dio cuenta del gran valor que aquel documento tenía, por lo que decidió confinarlo en la caja fuerte de un banco.

Raveling ha recibido numerosas ofertas para vender el manuscrito, entre ellas una de más de tres millones de dólares, pero siempre se ha negado a ello. Actualmente está en contacto con varias universidades e instituciones para estudiar el mejor destino para tan valioso documento.

Y, lo más curioso, según ha relatado el entrenador es que en la copia del discurso no figura la frase I have a dream, que fue pronunciada por Martin Luther King fruto de una inspiración repentina.

Vicente Fernández López