En un estudio publicado en 2015, Kristian Kristiansen y Eske Willerslev, señalaban que los grandes cambios demográficos durante la primera parte de la Edad de Bronce ocurrieron como resultado de las migraciones masivas de gente de la cultura Yamna, provenientes de la estepa Póntica.
Ahora, los mismos expertos, en un estudio multidisciplinar, revelan qué ocurrió cuando los Yamna se encontraron con los pueblos neolíticos de Europa (principalmente con la cultura de la Cerámica Cordada) durante aquellas migraciones.
“Por primera vez somos capaces de combinar los resultados de la genética, los isótopos de estroncio en la movilidad y la dieta, y la lingüística histórica, para demostrar cómo se llevó a cabo el proceso de integración – afirma Kristiansen en un comunicado –. Las sociedades neolíticas se basaban en grandes comunidades de agricultores que se reflejaban en su ritual de entierro colectivo, a menudo en grandes cámaras de piedra, llamadas megalitos. Muy diferente de las tradiciones de los Yamna”.
Según los resultados del artículo, publicado en Antiquity, las primeras oleadas migratorias estaban compuestas principalmente por hombres jóvenes, algo que coincide con la antigua mitología indoeuropea que habla de grupos de guerreros jóvenes.
“La evidencia arqueológica existente – añade Kristiansen – habla de un predominio masculino del 90% en la fase temprana del establecimiento de la cultura de la Cerámica Cordada y que ahora puede ser explicada por la vieja tradición indoeuropea de bandas de guerra de jóvenes que no tenían ninguna herencia a la que esperar, por lo que probablemente estaban más dispuestos a hacer una carrera como bandas de guerra nómadas”.
Pero las mujeres que formaron pareja (voluntaria o involuntariamente) con los guerreros Yamna, también aportaron nuevos conocimientos sobre la producción de alfarería, agricultura, elementos que contribuyeron a pacificar a los guerreros y convertirlos en sedentarios.
«En nuestro gran estudio 2015 – concluye Kristiansen –, nos sorprendió ver cuán fuerte y rápido fue el cambio genético desde el Neolítico hasta la cultura de la Cerámica Cordada: hubo una fuerte reducción del ADN neolítico y un aumento dramático del componente Yamna que sólo estaba marginalmente presente en Europa antes del año 3.000 aC. Además, la aparente brusquedad con la que se produjo este cambio indica que se trataba de un fenómeno de migración a gran escala, en lugar de una entrada lenta de personas”.
Juan Scaliter