En el año 2006 la ciudad de Nueva York aprobó una ley que limitaba el uso de grasas trans en los menús de restaurantes y también en pastelerías y panaderías. Ahora, casi once años después, un estudio publicado en JAMA Cardiology revela que los ingresos hospitalarios por problemas cardíacos relacionados con la alimentación han descendido un 6%.
Puede parecer una cifra pequeña, pero hay que tener en cuenta que la normativa solo afectaba a aquellos restaurantes y locales de alimentación cuyos menús estaban estandarizados, lo que tan solo supone un 10% de los existentes en la ciudad de los rascacielos.
El estudio no permite sacar conclusiones definitivas pero, según sus autores, si es un indicio de que una normativa sobre hábitos alimenticios saludables puede tener un efecto real en la salud de los ciudadanos.
Hay que recordar que antes que Nueva York, Dinamarca ya prohibió el uso de estas grasas en sus restaurantes, y que otros países como Hungría, Austria y Letonia, también han introducido legislaciones más fuertes respecto a su uso.
Fuente Popular Science.
Vicente Fernández López
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